Según indican las fuentes, el armiño inmortalizado en el retrato, llamado Ermellino Bianco, es una referencia a la Orden del Armiño, que el duque recibió del rey de Nápoles. El cuadro acabó en las colecciones polacas gracias a Adam Jerzy Czartoryski, hijo de la princesa Izabela Czartoryska, que compró la obra en Italia en torno al año 1800 y la donó al museo de Puławy. La suerte del cuadro fue difícil, trasladado en numerosas ocasiones, depositado en el extranjero durante guerras, finalmente volvió a Cracovia en el año 1946. En la actualidad el cuadro se conserva en el Museo de los Príncipes Czartoryski de Cracovia, pertenece a las colecciones del Museo Nacional de Cracovia y es considerada la obra más valiosa de las colecciones polacas. El retrato fue pintado por Leonardo da Vinci en torno al año 1490 en Milán y se considera que es el mayor logro en el campo de la pintura de retratos del siglo XV. Se trata de un extraordinario tesoro del arte mundial, que debería ver todo aquel que visita Cracovia.